TEA vs. TDAH: Diferencias clave entre el autismo y el déficit de atención | En los últimos años ha crecido el interés por comprender mejor dos condiciones del neurodesarrollo que, aunque comparten algunas similitudes, son fundamentalmente diferentes: el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Identificar correctamente cada una —o detectar si coexisten— es crucial para ofrecer a niños, jóvenes y adultos un acompañamiento terapéutico efectivo y una vida más plena.
En este artículo explicamos con claridad sus principales diferencias, síntomas, tratamientos disponibles y cómo lograr un diagnóstico adecuado.
¿Qué es el TEA (Trastorno del Espectro Autista)?
El TEA es una condición neurobiológica del desarrollo que se manifiesta principalmente por dificultades en la comunicación social y por la presencia de comportamientos repetitivos o intereses restrictivos. No es una enfermedad, por tanto no tiene cura, pero sí requiere acompañamiento terapéutico y adaptaciones específicas para mejorar la calidad de vida.
Entre los subtipos del espectro se incluyen:
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Síndrome de Asperger, caracterizado por un desarrollo intelectual y lingüístico normativo o superior, con habilidades destacadas en áreas como matemáticas, música o memoria.
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Trastorno desintegrativo infantil
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Trastornos generalizados del desarrollo no especificados
Principales síntomas del TEA
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Dificultades para interactuar socialmente
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Comunicación verbal y no verbal limitada
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Comportamientos o rutinas repetitivas
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Resistencia al cambio
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Hipersensibilidad o hiposensibilidad sensorial
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Intereses intensos y enfocados en temas específicos
En adultos, el TEA puede expresarse de manera más sutil: dificultades para leer normas sociales, problemas para establecer relaciones o hiperenfoque en ciertos intereses.
¿Qué es el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)?
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la capacidad de mantener la atención, controlar los impulsos y, en algunos casos, la hiperactividad física o mental.
Puede manifestarse de tres formas principales:
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TDAH tipo inatento (distracción, desorganización)
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TDAH tipo hiperactivo-impulsivo
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TDAH combinado
Según estudios recientes, en Chile afecta a cerca del 15.5% de los niños de entre 4 y 11 años, y al 4.5% de los adolescentes.
Principales síntomas del TDAH
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Dificultad para concentrarse o seguir instrucciones
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Olvidos constantes y desorganización
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Impulsividad, cambios de humor, frustración frecuente
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Hiperactividad (no siempre presente en adultos)
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Baja tolerancia a la espera o a la frustración
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Dificultades para gestionar el tiempo
En adultos, el TDAH puede presentarse con síntomas más emocionales y ejecutivos: procrastinación crónica, dificultad en el trabajo, desorganización financiera, ansiedad o conflictos interpersonales.
¿Cómo se diagnostican el TEA y el TDAH?
Diagnóstico del TEA
Requiere una evaluación clínica completa por parte de un equipo multidisciplinario (psicólogos, psiquiatras, neuropediatras). Las herramientas más comunes incluyen:
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Entrevistas clínicas estructuradas
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Cuestionarios de observación (ADOS, ADI-R)
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Evaluaciones sensoriales y del lenguaje
En adultos también existen pruebas orientativas como el test de autismo para adultos, pero siempre se requiere un profesional para confirmar el diagnóstico.
Diagnóstico del TDAH en adolescentes y adultos
El diagnóstico se basa en la historia clínica, entrevistas y pruebas estandarizadas como:
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Cuestionarios Conners o Vanderbilt
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Checklist de conducta infantil (CBCL)
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Evaluaciones cognitivas y neuropsicológicas
También se considera el entorno escolar o laboral, las relaciones familiares y la persistencia de los síntomas desde la infancia.
Importante: El diagnóstico de ambos trastornos debe ser realizado únicamente por profesionales de la salud mental capacitados.
¿Pueden coexistir el TEA y el TDAH?
Sí. Durante años se pensó que eran diagnósticos excluyentes, pero estudios recientes muestran que entre un 50% y 70% de las personas con TEA también pueden presentar síntomas de TDAH.
Esta combinación puede complicar el diagnóstico, ya que algunos comportamientos —como la impulsividad, el déficit atencional o la necesidad de rutinas— pueden confundirse. En estos casos, el tratamiento debe ser personalizado y ajustado a las características individuales.
¿Qué tratamientos son más efectivos para el TEA y el TDAH?
Tratamientos para el TEA
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Intervención temprana conductual (ABA)
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Terapia del lenguaje y la comunicación
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Terapia ocupacional y sensorial
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Psicoeducación familiar
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Apoyo en habilidades sociales
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Adaptaciones escolares o laborales
En algunos casos se recurre a medicación para síntomas asociados, como ansiedad, irritabilidad o trastornos del sueño.
Tratamientos para el TDAH
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Terapia cognitivo-conductual
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Medicamentos psicoestimulantes (como metilfenidato o atomoxetina)
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Técnicas de organización y manejo del tiempo
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Acompañamiento escolar y familiar
El tratamiento ideal para el TDAH combina el enfoque psicoterapéutico con farmacológico, dependiendo de la severidad y las necesidades de cada persona.
Derechos y legislación: ¿Qué dice la ley?
En países como Chile y Venezuela, se han aprobado leyes para garantizar el acceso al diagnóstico, tratamiento y educación inclusiva de personas con TEA y TDAH.
En Chile, por ejemplo, está vigente la Ley TEA, que promueve entornos accesibles, atención integral y respeto por la neurodiversidad. En Venezuela, aunque la legislación aún está en proceso de fortalecimiento, existen propuestas para incluir estos diagnósticos dentro de planes de salud y educación especial.