Productores venezolanos | La carne de cordero y la leche de cabra comienzan a ganar protagonismo en la mesa de los venezolanos. Lo que antes era un consumo reservado a sectores elitistas, ahora se busca masificar con el impulso de productores, gremios e industrias que trabajan en mejorar la genética ovina y caprina en el país.
En Barquisimeto, al menos seis restaurantes especializados en gastronomía ovina y caprina han surgido en los últimos dos años, ofreciendo desde cortes premium hasta propuestas de comida rápida como hamburguesas y pepitos elaborados con carne de cordero. Iniciativas como estas buscan educar al consumidor y ampliar la demanda.
Desde 2016, Venezuela ha importado nueve razas de caprinos y 19 de ovinos, lo que ha permitido aumentar la producción lechera y mejorar el engorde de los rebaños. Según Roberto Lugo, presidente de la Asociación de Cabras Lecheras de Venezuela (Asocabra), “estamos pasando de ser una ganadería marginal a industrializada”.
Actualmente, Lara lidera la producción ovina a nivel nacional y ocupa el segundo lugar en caprinos, seguido por estados como Falcón y Zulia. Industrias privadas como El Tunal, en el municipio Jiménez, procesan hasta 2.000 litros de leche de cabra al día, mientras que otras plantas producen leche en polvo y más de 20 derivados lácteos.
Consumo y beneficios
El cordero, sacrificado entre los seis y diez meses de edad, ofrece una carne más tierna, jugosa y con un sabor suave en comparación con el ovejo adulto, de consumo tradicional en Lara pero de gusto más fuerte. Además, contiene Omega 3 y es recomendada en dietas especiales para personas con problemas cardiovasculares.
La leche de cabra, por su parte, es una opción ideal para personas con intolerancia a la lactosa, gracias a sus moléculas grasas más pequeñas y de mejor absorción, así como a su bajo contenido de caseína AS1. Entre las razas introducidas al país destacan la Saanen, Alpina y Nubian para caprinos, y la Dorper, White Dorper, Santa Inés, Pelibuey y Katahdin para ovinos.
Perspectivas y proyección internacional
La cría de ovinos y caprinos tiene ventajas significativas frente a la ganadería bovina: requiere menor inversión, menos extensión de tierra y menos personal, además de que los animales son dóciles y resistentes a enfermedades.
A nivel mundial, el consumo de carne ovina alcanzó 17 millones de toneladas métricas en 2023 y se proyecta que en 2033 llegue a 19 millones, según la OCDE. Europa, Asia Central y Medio Oriente encabezan la demanda de esta proteína.
Con estos avances, los productores venezolanos buscan no solo fortalecer la seguridad alimentaria interna, sino también abrirse espacio en mercados internacionales.