Colombia vive días de luto tras la muerte del senador y exprecandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien falleció este lunes a la 1:56 de la madrugada en la Fundación Santa Fe de Bogotá, luego de más de dos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos.
El legislador murió a causa de un derrame en el sistema nervioso central, consecuencia directa de las heridas de bala que sufrió el pasado 7 de junio, durante un atentado que conmocionó al país.
Un ataque que sigue bajo investigación
El crimen fue perpetrado por un menor de 15 años, actualmente bajo custodia de las autoridades. La Fiscalía General de la Nación y los organismos de inteligencia adelantan las investigaciones para identificar a los autores intelectuales y esclarecer los móviles detrás del ataque, que ha reavivado el debate nacional sobre la violencia política y la criminalidad juvenil.
Duelo nacional y homenajes
La noticia generó una ola de reacciones en el ámbito político y social. El Congreso de la República decretó una suspensión de labores por tres días para rendir homenaje al senador. Su cuerpo fue trasladado al Salón Elíptico del Capitolio Nacional, donde quedó instalada la cámara ardiente y cientos de ciudadanos se han acercado para despedirlo.
Durante el velorio, su esposa, María Claudia Tarazona, pidió justicia y rechazó la violencia como forma de resolver diferencias:
“Miguel soñaba con un país donde ningún niño repitiera la historia que hoy su hijo está viviendo”, expresó con visible dolor.
Ceremonia final y legado político
Las exequias continuarán hasta el mediodía del miércoles 13 de agosto. Posteriormente, se realizará una ceremonia religiosa en la Catedral Primada de Colombia, con la presencia de familiares, colegas, amigos y figuras del panorama político nacional.
Miguel Uribe Turbay, nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala, había construido una carrera política destacada, marcada por su paso como concejal de Bogotá, secretario de Gobierno de la capital y senador de la República. En 2022, se presentó como precandidato presidencial, defendiendo propuestas enfocadas en seguridad ciudadana, transparencia y desarrollo social.
Su muerte deja un vacío en la política colombiana y se convierte en un símbolo de los desafíos que enfrenta el país para erradicar la violencia.