América Latina y el Caribe se encuentran ante una oportunidad histórica para convertirse en líderes mundiales de la transición energética, con sistemas eléctricos completamente limpios, seguros y más baratos que los actuales basados en combustibles fósiles. Así lo afirma un reciente informe de la Comisión de Transiciones Energéticas (ETC, por sus siglas en inglés), titulado «Transformación de los Sistemas Energéticos: Electricidad competitiva y resiliente en sistemas altamente renovables».
Este análisis, respaldado por expertos internacionales en energía, desarrollo sostenible y gobernanza climática, concluye que la región podría alcanzar la descarbonización total de sus sistemas eléctricos antes del 2050, con un costo promedio de apenas 38 dólares por megavatio-hora (MWh), gracias a sus excepcionales condiciones climáticas y recursos naturales abundantes.
Una región con ventajas estratégicas: energía solar, eólica y gran capacidad hidroeléctrica
De acuerdo con el informe de la ETC, América Latina está posicionada en una de las zonas más privilegiadas del planeta: el llamado «cinturón solar», una franja geográfica entre los trópicos que recibe altos niveles de radiación solar durante todo el año. Esta característica permite desarrollar proyectos de generación eléctrica fotovoltaica a gran escala, con bajas necesidades de almacenamiento y costos significativamente menores que en otras regiones del mundo.
Además, la región cuenta con un creciente potencial eólico, especialmente en países como Argentina, Uruguay y Brasil, así como una infraestructura hidroeléctrica desarrollada que puede complementar perfectamente la variabilidad de las energías renovables no convencionales.
Una transición técnica y económicamente viable con impacto global
El informe proyecta que la demanda eléctrica mundial se triplicará para 2050, alcanzando los 90.000 teravatios-hora (TWh), debido al aumento de la electrificación del transporte, la industria y los hogares. Para cubrir esta demanda de manera sostenible, la energía solar y eólica serán las fuentes dominantes, con el respaldo de tecnologías ya disponibles como baterías, sistemas de almacenamiento de corta duración, transmisión en corriente continua (HVDC) y redes inteligentes.
En este escenario, América Latina podría no solo satisfacer su demanda interna con energía 100% limpia, sino también posicionarse como proveedora clave de energía descarbonizada a nivel internacional, mediante la exportación de electricidad, hidrógeno verde o derivados energéticos de bajo impacto ambiental.
Casos ejemplares: Brasil y Chile como modelos de planificación energética avanzada
El informe destaca experiencias exitosas en la región, como el caso de Brasil, que ya opera una red de transmisión HVDC entre sus regiones hidroeléctricas del norte y los principales centros urbanos del sur. Este modelo de interconexión puede escalarse a nivel regional, integrando diversas fuentes renovables y permitiendo un mejor equilibrio de carga, reducción de costos y mayor resiliencia del sistema.
Otro país mencionado es Chile, que ha desarrollado un ambicioso proceso de planificación energética a 30 años, articulando sus metas climáticas con inversiones estratégicas en infraestructura. Además, colabora con el proyecto Tapestry de Google X, que utiliza inteligencia artificial para correr simulaciones de red 86% más rápido y analizar hasta 30 veces más escenarios, lo que mejora significativamente la toma de decisiones públicas y privadas en materia energética.
La clave: políticas públicas robustas y participación comunitaria
Sandra Acevedo, coordinadora de la Alianza Potencia Energética Latam, señaló que el paso de los estudios técnicos a la acción concreta sigue siendo el principal desafío. “Uno de los mensajes más importantes es avanzar en planificación estratégica y en marcos de política pública adecuados, con las comunidades siempre en el centro del proceso”, declaró.
El informe de la ETC subraya la importancia de una gobernanza inclusiva y a largo plazo, que permita establecer metas claras, incentivar la inversión privada, proteger el medioambiente y garantizar el acceso justo y universal a la energía.
Comparación con otras regiones: la ventaja del sol frente al viento
Mientras América Latina se beneficia de un entorno solar altamente favorable, otras regiones —como Europa y Norteamérica— pertenecen al «cinturón eólico», donde la generación renovable depende principalmente del viento. Aunque esta también es una fuente limpia, los sistemas dominados por energía eólica enfrentan mayores desafíos de equilibrio y almacenamiento, lo que incrementa sus costos operativos.
Aun así, la ETC asegura que todas las regiones del mundo pueden alcanzar sistemas eléctricos sostenibles, siempre que adopten políticas inteligentes, tecnologías probadas y enfoques integradores.
América Latina tiene el potencial, la tecnología y el momento a su favor
El estudio concluye que la transición energética no solo es viable, sino inevitable, y América Latina se encuentra en una posición privilegiada para liderarla a nivel global. La región tiene los recursos, la experiencia acumulada en energías renovables, la infraestructura clave en expansión y ejemplos concretos de gobernanza exitosa.
Si se consolida una voluntad política firme, una participación ciudadana activa y una coordinación regional eficaz, América Latina podría convertirse en el gran referente de un futuro energético limpio, resiliente, competitivo y justo para todos.