La creencia popular de que plantar citronela, lavanda o menta mantiene alejados a los mosquitos es más un mito que una realidad, según especialistas de la Universidad de Florida (UF/IFAS).
Liah Continentino, agente de Extensión en horticultura ambiental, explicó que algunas plantas sí contienen aceites con propiedades repelentes, pero estos solo son efectivos si se extraen y aplican de forma concentrada, por ejemplo, en aerosoles.
“A menos que usted extraiga sus aceites y los use en un aerosol, estas plantas no estarán haciendo mucho en su jardín”, señaló Continentino.
Un mito con algo de ciencia
Plantas como el eucalipto, la citronela, la menta, la albahaca, la lavanda y las caléndulas poseen compuestos que pueden disuadir a los mosquitos. Sin embargo, no basta con tenerlas sembradas: los aceites deben ser liberados de manera activa. Incluso las populares velas de citronela no han demostrado ser completamente efectivas en estudios científicos.
Por ello, los expertos recomiendan un enfoque integral, que combine protección personal y manejo del hábitat. Además del uso de repelentes, Continentino sugiere cultivar plantas que atraigan aves e insectos benéficos para equilibrar el ecosistema y controlar las poblaciones de mosquitos de manera natural.
Eliminar el agua estancada
Jennifer Pelham, directora de Extensión de UF/IFAS en el condado de Martin, recordó que la acumulación de agua es el principal criadero de mosquitos. Se debe vaciar el agua de macetas, cambiar la de bebederos para aves y mascotas varias veces a la semana y enjuagar bromelias para evitar el desarrollo de larvas.
El programa Florida-Friendly Landscaping™ fomenta el uso de plantas nativas y el diseño de jardines que atraigan depredadores naturales de mosquitos, como aves y libélulas. En estanques ornamentales, se pueden introducir peces como las Gambusia, conocidos por alimentarse de larvas.
Aunque la mayoría de los mosquitos son solo una molestia, algunos pueden transmitir enfermedades peligrosas. Los especialistas insisten en que la mejor defensa es una estrategia combinada, que incluya repelentes, eliminación de criaderos y diseño de paisajes que favorezcan depredadores naturales.