ciberataque | Un nuevo capítulo de la guerra digital se escribió este lunes cuando la aerolínea estatal rusa Aeroflot fue víctima de lo que podría ser el mayor ciberataque contra su sistema informático hasta la fecha, provocando la cancelación de más de 40 vuelos, caos en aeropuertos y el temor de una filtración masiva de datos personales.
El incidente fue inicialmente reportado como una “falla técnica”, pero rápidamente escaló tras la reivindicación del ataque por parte del grupo de hackers ‘Silent Crow’, quienes, en colaboración con la organización bielorrusa ‘Cyberpartisans BY’, aseguraron haber infiltrado y destruido la infraestructura tecnológica interna de Aeroflot.
Una operación cibernética con motivaciones políticas
A través de un presunto comunicado difundido en redes sociales, los atacantes afirmaron que este ataque es una respuesta directa a la guerra de Rusia contra Ucrania. El mensaje incluía consignas como “¡Gloria a Ucrania! ¡Viva Bielorrusia!”, lo que dejó claro que el ciberataque tiene un trasfondo político y activista.
Aunque el Consejo de Seguridad de Rusia y las autoridades de Aeroflot han optado por no confirmar ni desmentir el origen del incidente, lo cierto es que la situación afectó profundamente las operaciones de la aerolínea, generando retrasos y cancelaciones en vuelos tanto nacionales como internacionales, incluyendo rutas hacia Minsk (Bielorrusia), Ereván (Armenia) y varias ciudades rusas.
Escenas de caos en Sheremétievo y advertencias graves
En el aeropuerto de Sheremétievo (Moscú), los pasajeros reportaron desorganización, filas kilométricas y ausencia de información oficial clara, según el medio independiente ‘Baza’. Algunos fueron instruidos a recoger su equipaje y abandonar las instalaciones, mientras que otros denunciaron haber quedado varados sin asistencia.
En su declaración, ‘Silent Crow’ aseguró haber eliminado 7.000 servidores y tomado el control de los ordenadores personales de empleados de alto nivel de Aeroflot, incluyendo supuestamente a ejecutivos de la alta gerencia. Aunque esta afirmación no ha podido ser verificada de forma independiente, sugiere un ataque profundamente planificado y ejecutado.
Más preocupante aún fue la amenaza de los hackers de hacer pública una base de datos con información personal de “todos los rusos que alguna vez hayan volado con Aeroflot”, lo que plantea un riesgo sin precedentes para la privacidad de millones de personas, en un país con alta vigilancia estatal.
Aeroflot: entre el hermetismo y el desafío
La compañía rusa emitió un breve comunicado donde asegura que sus especialistas están trabajando para restablecer la normalidad, pero sin ofrecer detalles técnicos ni plazos. La falta de transparencia ha generado más incertidumbre, mientras usuarios en redes sociales denuncian falta de atención por parte de la aerolínea.
Este evento no es un hecho aislado: desde el inicio de la guerra en Ucrania en 2022, Rusia ha enfrentado interrupciones constantes en su sistema aéreo, aunque estas usualmente estaban vinculadas a ataques con drones o sanciones internacionales. Sin embargo, este episodio representa una escalada digital preocupante, al tratarse de un golpe directo a la infraestructura tecnológica de una empresa estatal estratégica.
Un golpe a la imagen de una de las aerolíneas más grandes del mundo
A pesar de las sanciones internacionales, Aeroflot aún se mantiene entre las 20 aerolíneas más grandes del mundo por volumen de pasajeros, transportando a más de 55 millones de personas solo en 2024, según datos oficiales de su sitio web. Este ciberataque, de confirmarse su magnitud, podría representar un duro golpe a su credibilidad, operatividad y seguridad digital.
Los analistas advierten que incidentes como este podrían repetirse o incluso intensificarse, en un contexto de ciberguerra global creciente, donde actores no estatales toman protagonismo en escenarios geopolíticos de alta tensión.